sábado, 6 de mayo de 2017

De un ángel que devolvió el alma

(a ACV, que sufrió aquel barco como un infierno)

Ángel a quien un barco dio sus salas
y un hombre guía apenas de sus manos,
entre barandas sueña los tempranos
días en los que se perdió las alas.

Hoy las pupilas tiene aún más ralas,
como si unos azules y medianos
espíritus se le hubieran malsanos
atravesado entre las tripas malas.

Yo sé que añora la lejana roca
donde sus pies firmaban su consuelo,
porque los claros ojos tiene llenos

de pasados y marea. Y lo menos
que quiere es dar el alma por la boca
por devolverlo todo al blanco cielo.  

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